El paso al mundo digital es una realidad. Los consumidores buscan opciones online para todo: desde clases de pilates hasta sesiones de team building, pasando por citas médicas y un largo etc.
En el mundo actual, la vida física ya ha de tener su versión equivalente en internet.
Ha cambiado la forma en la que los clientes se relacionan con el medio y también ha cambiado su percepción de la seguridad.
Si bien hace unos años sería impensable realizar transacciones de cantidades elevadas con un clic u operaciones delicadas sin interactuar directamente con la otra parte, en la actualidad es la norma.
Esta digitalización ha de venir acompañada de seguridad, y este punto no es negociable. Los clientes buscan servicios en línea en los que se sienten cómodos y protegidos. Y confían en los negocios que les ofrecen una experiencia digital segura, cuidada y fluida. Sin problemas y sin necesidad de asistencia o guía. Cuanto más intuitivo, mejor.
La confianza y la seguridad ya no tienen por que ir asociadas a la presencia física.
El problema de la confianza online
Seguramente no invitarías a tu casa a un desconocido, mucho menos empezarías a hacer negocios con una persona que acabas de conocer.
Aunque no solemos pensarlo de este modo, cada vez que compramos en una web, nos registramos en una red social, etc. Estamos estableciendo una relación comercial. Al igual que no le abriríamos las puertas de nuestra casa a alguien aleatorio y mucho menos le confiaríamos dinero o trabajo, las empresas de internet tampoco.
La confianza es crucial en cualquier relación comercial. Más aún si las dos partes no están en el mismo espacio físico. Las empresas deben trabajar concienzudamente para generar esa confianza en la distancia.
¿Acaso alguien se fiaría de un banco que permite abrir una cuenta bancaria a cualquier persona?¿Y de una empresa de alquiler que presta sus coches sin más?
La verificación de identidad para generar confianza online
Las empresas que se preocupen por construir confianza en las relaciones con sus clientes los identifican, les ponen nombre y apellido para poder asignar responsabilidades. Para ello, optan por procesos de autenticación robustos, basados en tecnologías que garantizan la prevención del fraude.
Verificar la identidad de los nuevos usuarios antes de que accedan a servicios online (abrir una cuenta bancaria, alquilar un coche, comprar en tu tienda online, registrarse en una app, etc.) permite entender quién es la persona que hay al otro lado de la pantalla, cuáles son sus motivaciones y si tienen antecedentes (tanto en tu negocio como en otros).
Solo las empresas seguras y que ofrecen procesos de verificación robustos, brindan protección y se perciben como marcas en las que confiar.
Volviendo al ejemplo anterior: Seguramente no invitarías a pasar a un desconocido, mucho menos empezarías a hacer negocios con una persona que acabas de conocer. Pero, ¿y si alguien te da referencias y son muy buenas? ¿Y si esa persona es alguien de confianza de tu madre, hermana, pareja, etc.? La verificación de identidad se corresponde con esas buenas referencias.
Apostar por la verificación de identidad digital de los nuevos clientes ayuda a las empresas asentar procesos seguros y confiables.
En Alice te ofrecemos una solución de verificación de identidad online que ataca las preocupaciones de tus clientes.